(English version here) Muchas veces los profesionales de TI somos celosos de cuanto sabemos. De la EXPERIENCIA acumulada. No niego que sin ella el éxito sea más difícil -o más costoso-, pero también he advertido en mi tránsito más reciente, que atarnos sólo a lo conocido, poca cosecha puede traernos.
El know how duro, el expertise, el conocimiento previo como principal sostén o propulsor de los proyectos eran, hasta hace no mucho tiempo, garantía fundamental de nuestra capacidad de ejecución. Y algunos lo guardaban -o guardan aún- bajo siete llaves. Malas noticias: si andamos así, tenemos la brújula atada al pasado. En el extremo opuesto del espectro, están quienes proyectan y se preparan para algo que a muchos nos ha fascinado siempre: el FUTURO. Gran parte de lo que alguna vez se previó, hoy es un hecho. Cloud computing es un buen ejemplo. Pero eso, que alguna vez se pensó y luego sucedió, no es lo único que ha ocurrido. Es apenas la punta del iceberg. Existe la disrupción. Lo imprevisto. Una pandemia y todos corren a buscar en sus libros algo, pero no había sucedido antes, y tampoco estaba en los planes. ¿Suena familiar? En esos momentos nos damos cuenta de que ese porvenir romantizado, esos conceptos casi distópicos en los que se ponderan tecnologías que (es cierto, muy probablemente) vendrán, como el quantum computing o el metaverso, son, para quienes no formamos parte de su desarrollo o testeo, sólo un tema más sobre el cual divagar en un café virtual. En buen francés: una solución mañana, poco me ayuda en el problema que tengo hoy. Por esto, y por razones que seguro no contemplo, el paradigma de futuro ha entrado en crisis hace tiempo. ¿Qué es el futuro, sino una trampa que esconde tras la embriaguez de lo promisorio, el peligro de no ver el terreno que estamos pisando? El mundo se transforma de manera tan ágil que sólo podemos ser parte de ese cambio si ponemos el foco y la escucha en lo que sucede HOY. Si mientras esto sucede nos atamos a las recetas conocidas, o nos cegamos con lo que aún no ocurrió, definitivamente NO SEREMOS PARTE DE LA TRANSFORMACIÓN. Quienes tenemos por desafío proveer soluciones a nuestros clientes, tenemos el DEBER de tener una visión más holística. Escucha activa, mirada sobre lo que ocurre en nuestro universo más cercano AQUI Y AHORA. Voluntad de INTERCAMBIO, en este mundo que es cada vez más social. Y pensamiento flexible, que nos permita lograr esa agilidad que todos persiguen y nunca parece alcanzarse porque lo que se quería para mañana de pronto se necesita HOY. Todo esto pienso, insomne, mientras me pongo a estudiar, nuevamente, para poder traducir cada vez mejor y con más efectividad, lo que mis clientes necesitan. Mi meta es ser, además de un buen charlatán, un mejor profesional en el presente, y resistir la tentación de ambicionar ciegamente un porvenir que puede irrumpir antes de tiempo -o nunca suceder-. ¡Gracias por leerme! Tu aporte es bienvenido :) Dani Munitz
1 Comment
|
AuthorUnless credits are provided, every post on this blog belongs to me, Daniel Alejandro Munitz (Dani Munitz for short) ArchivesCategories
All
|